Ganará el que se equivoque menos
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Estoy convencido de que el aborto es el cáncer de nuestra actual civilización; comparable a cómo lo ha sido durante siglos la esclavitud; que aún perdura gracias a los entusiastas de la prostitución voluntaria (!) y la maternidad subrogada altruista

 

Es lógico que la frase de Manuel Cruz, expresidente del Senado y, no en vano, catedrático de Filosofía, dé que pensar. Que Sánchez se equivocó en el comentado debate parece fuera de toda duda. Que todo un presidente del Gobierno acuda a él teniendo como principal objetivo no permitir hablar a su presunto interlocutor, hizo recordar al boxeador sonado, que se agarra desesperadamente a su rival, para evitar recibir su merecido. Para colmo, sus lúcidos asesores se quejaron de los moderadores, pese a que habían renunciado a plasmar en los coquetos relojes del plató el tiempo real de su intervención; casi dos horas, con algún ocasional resquicio para que el rival pudiera intentar hilar dos frases; hasta que este, en vista del panorama, optara por hacer lo propio.

Donde podrían surgir equivocaciones es en la movediza frontera PP-Vox. Me lo suscita oír un frecuente comentario: «Si alguna vez voto a Vox, será por mérito del PP». No faltan motivos. El PP disfrutó de mayoría absoluta sin tener nada a su derecha. Ni Fuerza Nueva, ni Ruiz Mateos llegaron a superar lo testimonial. Nadie puede negar al PP el mérito de haber conseguido tener a su derecha más de cincuenta escaños; decenas de ellos con continuidad pronosticada, según las encuestas. Quizá podría ahorrar equivocaciones preguntarse por qué.

No creo que sea el Estado de las Autonomías lo que haya provocado en el PP tal hemorragia, cuando de ese Estado vive media España y Vox pelea – tras denostarlo- por tener, en un alarde de coherencia, vicepresidencias, consejerías y escaños autonómicos.

Tampoco parece que sea la política migratoria popular la causa de tal fenómeno. Vinicius tiene sin duda mucho tirón, pero no tanto como para convertir a tantos, de pronto, en racistas; pesada carga que ha venido asumiendo desde hace siglos la población gitana, sin mayores sobresaltos.

Lo que sí creo recordar es que Vox ganó en las últimas generales al PP en Murcia, con una lista encabezada por una reconocida pro-vida, que había ya debutado en el Congreso en el grupo popular, donde su aportación no fue debidamente reconocida, dado el sorayismo entonces vigente. No sé si los populares cuentan con datos fiables sobre cuántos ciudadanos similares a la citada han ido acabando en Vox y si llegan quizá incluso a superar los votos ganados por el PP con sus pinitos centrípetos.

Puede que esta hipótesis sea mero fruto de mi nunca disimulada preocupación por el derecho a la vida. No por obsesión confesional, sino por arraigado uso de razón. Estoy convencido de que el aborto es el cáncer de nuestra actual civilización; comparable a cómo lo ha sido durante siglos la esclavitud; que aún perdura gracias a los entusiastas de la prostitución voluntaria (!) y la maternidad subrogada altruista. De ahí mi convicción abolicionista.

El PP pasó de presentar recurso ante el Tribunal Constitucional a hacer mutis por el foro y proponer como magistrado a más de uno de los que no cabría aventurar que se tomaran esa cuestión en serio. Por si fuera poco, cuando en USA los promotores de dicha pandemia rectifican civilizadoramente, aquí los progresistas del lugar deciden retroceder cincuenta años para tomar el relevo. Si tú aceptas los plazos, yo lo convierto en derecho fundamental; curiosa subasta.

Claro que, puestos a equivocarse, a Vox tampoco le faltan papeletas. Aparte de sus aludidos devaneos de odio y amor a las Autonomías – comparables a los de los golpistas que se ciscaron en la Constitución desde su constitucional Parlament- no parecen mostrarse como posibles socios fiables. Hacen temer que pueda imitar a los podemitas, que han alegrado durante años la vida a Sánchez y, de camino, a todos los españoles. Sin salir de Murcia, exigir una vicepresidencia y dos consejerías (¡autonómicas!) a quien le falta un par de votos para tener mayoría absoluta, suena más a chantaje que a leal propuesta de acuerdo programático. A la vez han facilitado gratis alcaldías socialistas, esquivando preguntas al respecto…

En fin, que Dios reparta suerte…

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